Incendios forestales en Ecuador: Cooperación internacional y operaciones en altura.

Helicóptero Airbus H145 de la FAE cargando con agua el sistema Bambi Bucket. Foto: FAE.
Durante el mes de Agosto de 2024, en medio de una intensa temporada de incendios forestales que azotaba al país—la más grave en los últimos 13 años—Ecuador decidió formalizar un pedido de ayuda internacional. La solicitud fue coordinada principalmente por la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), que a través del Sistema de Cooperación Entre las Fuerzas Aéreas Americanas (SICOFAA) gestionó el requerimiento de equipos y personal especializado para enfrentar la emergencia.
La respuesta internacional provino de Perú y Colombia, cuyos gobiernos iniciaron coordinaciones diplomáticas mediante sus respectivas cancillerías para definir el apoyo requerido y los recursos disponibles. Esto permitió estructurar una operación conjunta que reforzó los gigantescos esfuerzos de Ecuador en el combate de los múltiples incendios forestales que afectaban diferentes regiones del país.
El Perú desplegó dos aviones C-27J Spartan, equipados con los sistemas The Guardian, desarrollados por la empresa estadounidense Caylym, diseñados para la extinción de incendios mediante contenedores de agua lanzados a gran altitud. Junto con estos, fueron enviados dos helicópteros Mi-17, configurados con sistemas Bambi Bucket para realizar descargas de agua de gran capacidad.
Estas aeronaves operaron bajo el mando de más de 30 miembros de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), quienes establecieron su base de operaciones en la Base Aérea El Pato, en Piura, Perú, donde también funcionó el centro de comando de la FAP para coordinar las misiones de apoyo. Mientras tanto, los Mi-17 fueron desplegados directamente en el Aeropuerto de Catamayo, Ecuador, operando en conjunto con los helicópteros de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE). En total, las aeronaves de la FAP acumularon cerca de 50 horas de vuelo en misiones de combate contra los incendios forestales en Ecuador.
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Miembros de la FAE y la FAC durante la capacitación para mejorar la operación con sistemas Bambi Bucket. Foto: FAC. |
Por su parte, Colombia desplegó equipos adicionales para potenciar la capacidad operativa de Ecuador en la lucha contra los incendios. Entre estos recursos se incluyeron sistemas The Guardian, obtenidos previamente mediante cooperación con Perú a través del SICOFAA. Este sistema ya había sido utilizado por Colombia en el combate de incendios forestales dentro de su propio territorio, antes de ser puesto a disposición de Ecuador.
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Miembros de la FAE y la FAC durante la capacitación para mejorar la operación con sistemas Bambi Bucket. Foto: FAE. |
Además de los sistemas The Guardian, Colombia proporcionó varios Bambi Buckets, lo que permitió multiplicar la capacidad operativa de la FAE, asegurando una mayor cantidad de helicópteros equipados para misiones de extinción de incendios. Junto con estos equipos, fueron enviados suboficiales especializados en la operación de estos sistemas, con el objetivo de capacitar y transferir conocimientos a las tripulaciones de la FAE, optimizando así su efectividad en el uso de estas tecnologías.
Una tarea difícil… aún más desafiante en la altura
El combate de incendios forestales requiere una preparación especializada debido a la naturaleza impredecible de estos eventos. Los incendios forestales pueden cambiar de comportamiento y expandirse rápidamente, lo que hace que su extinción sea una tarea extremadamente peligrosa.
En el caso de Ecuador, además de estas dificultades, se suma el factor de la altitud en la operación. Con incendios en zonas por encima de los 2.000 metros sobre el nivel del mar (MSNM), el combate aéreo y terrestre se vuelve aún más complejo y exigente, tanto en el aspecto físico como técnico. A mayores altitudes, los equipos que dependen de motores de combustión interna—como vehículos, motobombas y plantas eléctricas—experimentan una reducción en su rendimiento, debido a la menor densidad del aire.
El apoyo aéreo se convierte en una pieza clave en el combate contra incendios forestales, ya que permite transportar grandes cantidades de agua o retardantes químicos directamente a las zonas afectadas. Esto acelera el control y extinción de los incendios, en comparación con el uso exclusivo de recursos terrestres, que pueden verse limitados por el terreno accidentado o la rapidez con la que se propaga el fuego.
Operaciones High & Hot: Un desafío extremo para los helicópteros
La operación de helicópteros es, para muchos, un desafío ingenieril que parece casi un La operación de helicópteros en estas condiciones representa un reto significativo. A diferencia de los aviones, los helicópteros destacan por su gran maniobrabilidad, lo que les permite operar en entornos complejos y espacios reducidos. Sin embargo, su techo operativo es considerablemente más bajo que el de las aeronaves de ala fija, lo que los hace altamente susceptibles a las condiciones atmosféricas.
Cuando los helicópteros operan en ambientes de alta humedad, temperaturas extremas o altitudes elevadas, sufren una pérdida de rendimiento debido a la disminución de la densidad del aire. Este fenómeno afecta la eficiencia aerodinámica del rotor, reduciendo la sustentación y la potencia disponible del motor. Como consecuencia, se ven limitadas la capacidad de carga útil (interna y externa), la velocidad máxima y la maniobrabilidad de la aeronave.
En el caso de los incendios forestales en Ecuador, las condiciones de operación fueron extremadamente complejas, ya que se trataba de misiones en gran altitud y con temperaturas elevadas. Esta combinación, conocida en aviación como "High & Hot" (Alto y Caliente), implica un mayor riesgo operacional, un desempeño reducido y la necesidad de tomar decisiones rápidas con márgenes de seguridad mínimos.
Los pilotos y tripulaciones que operaron en estos incendios no solo tuvieron que enfrentar la intensidad del fuego y el viento, sino también gestionar los límites de rendimiento de sus aeronaves, manteniendo la seguridad en cada misión.
En este entorno, el helicóptero H145 proporcionó a la FAE una capacidad y estabilidad superior, gracias a un diseño enfocado en maximizar la eficiencia operativa. Airbus, con la versión de cinco palas, realizó una prueba de máxima exigencia, en la que el helicóptero logró posar uno de sus patines en la cima del Aconcagua, la montaña más alta de América.
En total, los H145 acumularon más de 80 horas de vuelo en misiones de extinción de incendios en las dos principales regiones afectadas. Adicionalmente, a finales de 2024, fueron reactivados para esta tarea, debido a nuevos incendios que azotaron Ecuador, sumando así más de 100 horas de vuelo en estas operaciones. Su rendimiento superó al de otros modelos en el inventario de la FAE, destacándose por su alta disponibilidad operativa y menor requerimiento de mantenimiento.
Dentro de los grandes retos que han afrontado las tripulaciones de la flota H145 para potenciar las capacidades helicoportadas de la FAE, se destaca el de la Cabo Segundo, Johanna Chamorro, quien se ha convertido en una destacada tripulante y la primer mujer en ser operadora del sistema Bambi Bucket en el Ecuador.
Presentamos la segunda y última parte de la entrevista al Coronel Darwin Cevallos Tapia, comandante del Grupo de Combate N° 221 de la FAE, quien analiza la operación en altura de los helicópteros H145 y otras aeronaves durante la emergencia, así como el apoyo recibido de Perú y Colombia.
-T.A.D: Además del H145, ¿qué otras aeronaves fueron desplegadas durante estas operaciones y cómo se coordinó el uso de diferentes equipos?
-C.D.C: En Loja, antes de la llegada de los H145, se encontraba operando un helicóptero Lama del Ejército Ecuatoriano. Adicionalmente, llegaron dos helicópteros Mi-17 de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), como parte de los acuerdos que rigen el Sistema de Cooperación entre las Fuerzas Aéreas Americanas (SICOFAA).
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Miembros de la FAP realizando la carga del sistema The Guardian. Foto: FAP. |
En Pichincha, se operó con dos aeronaves H145 de la FAE, un helicóptero B3 de la Aero Policial y un helicóptero del Cuerpo de Bomberos de Quito. Todas las coordinaciones fueron centralizadas mediante un comandante desplegado en escena, designado por el Comando de Operaciones Aéreas, Espaciales y Defensa (COAED) de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, quien mantuvo el control de la operación de las aeronaves de ambos países.
-T.A.D: ¿Cuál ha sido la experiencia general de la FAE con la incorporación del H145 en misiones de rescate, combate de incendios y otras operaciones a lo largo de los años?
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Miembros de la FAE y la FAC durante la capacitación para mejorar la operación con sistemas Bambi Bucket. Foto: FAE. |
Con la incorporación de estos helicópteros, la Fuerza Aérea Ecuatoriana ha recuperado capacidades esenciales, como el vuelo por instrumentos y el uso de visores nocturnos. Además, se ha reforzado la capacidad de carga externa y vuelo en altura.
Es importante destacar que, por primera vez, fueron incorporadas capacidades como el uso de sensores electro-ópticos, carga externa viva, blindaje y armamento retráctil. Este último permite que el armamento sea almacenado dentro de la cabina durante el vuelo, facilitando el despliegue desde y hacia el punto de operación.
-T.A.D: ¿Cómo influyó el acompañamiento de los miembros de la Fuerza Aérea Colombiana en el planeamiento y ejecución de operaciones?
-C.D.C: Los técnicos de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) fueron clave en la mejora de la capacitación previamente recibida. Su experiencia en la operación de equipos de extinción de incendios permitió que nuestras tripulaciones ejecutaran de manera más eficiente las misiones con los sistemas Bambi Bucket en las provincias de Loja y Pichincha.
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Miembros de la FAE y la FAC durante la capacitación para mejorar la operación con sistemas Bambi Bucket. Foto: FAE. |
-T.A.D: ¿Qué tipo de cooperación y apoyo técnico se realizó con la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) durante estas misiones, y qué aprendizajes surgieron de esta colaboración?
-C.D.C: El principal apoyo consistió en la entrega de equipos Bambi Bucket, acompañada de la capacitación técnica por parte de la FAC para su uso seguro y efectivo.
A partir de esta colaboración, aprendimos aspectos clave como:
- Precauciones al despegar y aterrizar con equipos de extinción de incendios en superficies duras.
- Armado y empaquetado de los equipos en el punto de operación.
- Coordinación entre pilotos y operadores para mejorar la precisión en las descargas.
Sin duda, este intercambio fue altamente beneficioso para la operatividad de la FAE.
-T.A.D: ¿Existen planes para incrementar o mejorar la flota de helicópteros en función de los aprendizajes obtenidos de estas operaciones?
-C.D.C: La planificación para la recuperación de la capacidad operativa de la FAE es determinada por el alto mando, por lo que emitir una declaración al respecto sería especulativo.
Sin embargo, hasta el momento no se ha planificado un incremento en la flota de helicópteros dedicados a estas operaciones. A pesar de ello, se ha dotado a la FAE de equipamiento moderno, como helibaldes y piscinas recolectoras de agua, para hacer las misiones más dinámicas y seguras en terrenos de orografía complicada, como las zonas afectadas por los incendios forestales en Ecuador.
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Miembros de la FAE y la FAC durante la capacitación para mejorar la operación con sistemas Bambi Bucket. Foto: FAE. |
-T.A.D: ¿Cuál ha sido el impacto de las operaciones de combate de incendios en la población afectada y qué papel juega la FAE en la recuperación posterior?
-C.D.C: Las operaciones de combate de incendios han tenido un alto impacto en la población afectada y en la ciudadanía en general.
La labor de la FAE ha sido ampliamente reconocida, consolidándola como una institución de apoyo y servicio a las comunidades de difícil acceso. En particular, tras los incendios forestales en la capital, se ha evidenciado una mayor aceptación y respaldo hacia la institución por parte de la sociedad.
-T.A.D: ¿La activación del SICOFAA fue una decisión que tuvo un impacto positivo?
-C.D.C: Totalmente. La decisión de activar el SICOFAA fue muy acertada y con un impacto sumamente positivo.
Esto permitió una operación combinada y coordinada con personal militar de Perú, Colombia, Brasil y Estados Unidos. El apoyo no solo incluyó equipos y personal, sino también el intercambio de información operativa, lo que hizo que la respuesta fuera más rápida y efectiva.
A pesar de la ejecución de un alto número de horas de vuelo, en zonas de difícil acceso y con condiciones meteorológicas adversas, no se registraron accidentes. Esto es un reflejo de la efectividad y seguridad con la que se desarrollaron las operaciones bajo el SICOFAA.
-T.A.D: ¿Cómo fue la experiencia operacional al haber activado el SICOFAA?
-C.D.C: La experiencia de operar con otras fuerzas aéreas fue altamente enriquecedora para todas las partes.
Se logró un intercambio de conocimientos en un entorno donde se habló un lenguaje operacional común, facilitando la planificación combinada de las misiones. Se empleó doctrina compartida, lo que permitió alcanzar resultados excelentes, logrando extinguir los incendios en el menor tiempo posible.
Agradecemos al General Celiano Cevallos Calderón, comandante de la Fuerza Aérea Ecuatoriana, y al equipo de Comunicación Social Estratégica de la Fuerza Aérea Ecuatoriana por su apoyo en la realización de este especial.
Aquí está la lista de publicaciones que hacen parte de este especial:
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